15 octubre, 2007

Chapines rojo escarlata

El otoño puede llegar a nuestras vidas de manera muy diferente. Cambio de estación, nuevo curso, septiembre, un octubre más… todo igual o todo distinto. A mi vida ha llegado gris, no sólo por la gripe (…) Así que ¿qué mejor que cubrir la tristeza de rojo escarlata?

El abatimiento del otoño no evita dejarme caer en la tentación de unos zapatos rojos. Inéditos en mi armario, por cierto. Experimento las sensaciones de caminar con ellos en el probador antes de decidirme a pasar la VISA, ya que estudiosos del psicoanálisis dicen que el rojo en los zapatos de las mujeres se cubre de “significados fascinantes”. Acepto el reto.

Como los zapatos de Judy Garland que simbolizaban el poder en su dueña, los míos en cambio me convierten en la Mujer Escarlata con la letra delante. Freud, el primero en notar la simbología erótica del calzado, relacionaba los zapatos con el deseo sexual así que esto me lleva a pensar cuándo necesitaré que esta pasión se convierta en amor. Que sus llamadas nocturnas se conviertan en diurnas. No esperar a que sea mañana para saber si me besó y que las sonrisas y miradas furtivas entre las ondas hertzianas nos lleven a decirnos cosas sin estar callados… ¡Qué ingenuidad!

La realidad es que todavía no he estrenado mis chapines rojo escarlata. Quizás lo haga un día gris para que por sí solos pongan la nota de color, que me lleven como a Judy Garland por el camino de baldosas amarillas o por el plató de televisión que próximamente me espera…

19 septiembre, 2007

Fetichismo “cibelino”

Semana de la moda en la capital y allí estaba yo para verlo. A pesar del madrugón y del intento por convertirme en una fashion victim a primera hora de la mañana de un lunes, rescaté del armario algunos trapitos a lucir para esta ocasión. Caminar por las alturas a primera hora de la mañana. ¿Se puede empezar mejor la semana?

Como si un de una cool hunter se tratase. Papel y lápiz en mano, grandes dosis de corrector de ojeras y paso decidido entre bambalinas para ver qué se cocía allí dentro. Definitivamente estoy anticuada. Los piratas ya no se llevan, el dorado ha dejado paso a lplata, hay que usar maxibolsos para perderse dentro de ellos y todavía no es tiempo de marrones… Nunca mejor dicho.

Después de esperar una cola monumental con el resto de periodistas fashion, me quedé sin mi kit de prensa. Aunque no supiera muy bien para qué valía o qué demonios tenía dentro, ¡¡yo también la quería!! Todo fuera para sentirme una más de aquella especie.

Si por algún momento pensé que una nueva salida podía suponer una nueva oportunidad para encontrar acompañante, la idea se esfumó inmediatamente de mi cabeza ¿Dónde están los hombres (hombres) por aquí? Me vi rodeada de mujeres, hombres espiga, de solarium y pegajosos de gomina. Sin gomina y mucho menos sin solarium, me vieron cara de guiri y allá me fui al set de la prensa internacional. Mi valioso trasero sentado en el asiento de la corresponsal de la revista de moda más importante a nivel internacional. Esa que me ha devuelto mis credenciales tantas veces. Segunda fila, detrás de un insulto y arrogante comentarista de acento estúpido; y alguna que otra celebrity nacional, madrugadora eso sí. Comenzó el desfile.

Primera/verano 2008. Jesús del Pozo. Sobre unos enormes zapatos de cuña, desfilaron colores pálidos, pinceladas de naranja y fucsia, blanco roto, negro y gris marengo metalizado, pantalones imposibles para mi talla, amplios volúmenes y fantásticas gabardinas de ángulos geométricos. Para la crítica, todo un éxito. Para mí, un imposible.

Al finalizar el desfile, decidí llevar mis andares de pato a la pasarela. Caminar decidida, sin pisar huevos, hacia cientos de cámaras enfocando. Y segura de no llevar pagado a la espalda ningún cartel de aquellas incómodas sillas. Quizás sea eso lo que me diferenció de las otras reporteras…

Ya en casa, de madrugada, con una copa en la mano, nada de Martini, mientras escribo este artículo, música... Someone like you… Luz tenue, el ordenador y yo recordando mi primera aproximación al fetichismo “cibelino”.

08 septiembre, 2007

Sorpresa, sorpresa...


Hay dos tipos de personas: las que se suben en la montaña rusa y las que no. Este verano, mi medio de transporte ha sido el tiovivo.

Me reencuentro con mis pasiones: los zapatos… y las emociones que de repente me abarcan como una adolescente porque, a pesar de los años y del paso del tiempo, esas siempre vuelven. Después de varios meses, me enfrento a un papel en blanco y a historias que recordar. Cinco pares de zapatos nuevos. Sin estrenar. Cinco ilusiones volátiles.

El verano pasó una vez más por mi vida, las rebajas, vacaciones invisibles, estrés... Pero sobre todo, las sorpresas. Al fin y al cabo, la vida consiste en eso: en sorpresas. Me convertí en torero: derechazos, naturales y algún que otro pase de pecho adornado con una verónica para sortear y controlar los vértigos de mi estómago en cada curva de la montaña rusa.

Asomarse por una ventana al mundo de las relaciones, sólo de reojo. Observar desde distancia media esa especie de mercado, enmarañado como una madeja de lana.

Como en el cuento de los Tres Cerditos, aparecieron tres personajes diferentes, pero de la misma especie. Tres casas: la paja volátil, la madera que se quema y el ladrillo imposible que traspasar. Tres canciones en las que hacer parada. Las canciones del verano. Las mías no aparecen en el top ten de las melodías estivales. He creado mi propio revival veraniego. En la casa de paja sonó “Todas esas cosas que he hecho”… de las que ya se me han olvidado la mitad. Se construyó sobre arenas movedizas, soplé y voló. Como una vidente, mi predicción se cumplió y, a pesar de seguir buscando a mi propio Humphrey Bogart, no le pediré a Sam que toque esta canción otra vez…

Como en el cuento, el lobo feroz llegó a la casa de madera. Allí sonaba una melodía envolvente, una balada romántica. Su habitante, de catálogo y expuesto a la opinión pública, hizo que me adentrara en una casa que ardía en llamas. El calor no me quemó pero sus astillas hirieron. Quizás, dentro de un tiempo, y gracias a la magia de las sorpresas y casualidades, quién sabe, se cumpla la letra de esa canción, vuelva a sonar la melodía y me susurre If you stay, I’ve got a plan, you wanna make a memory Quieres dejar un recuerdo…

A tumbos llegué a la casa de ladrillo. Casi sin respiración y con los pies ya machacados del polvo del camino y de tanta astilla. Una especie de peregrinación al Rocío que me transportó a la década de los ochenta. La curva de la montaña rusa me cogió por sorpresa. Mientras, en los vagones, sonaban temas de los Nikis. Divertido, pero yo me quedo con Hombres G


El tiempo me ha propuesto cambiar el final del cuento. Me ha sugerido que amplíe la discografía, la colección de zapatos, que las canciones de verano continúen en otoño.

No sé cuál será la siguiente sorpresa que me depare la lista de éxitos, quizás algún tema que apueste por un amor de verdad… de esos que no te dejen bajar de la montaña rusa. De momento, yo me he bajado y no hay ningún nuevo tema que versionar.

Se acerca el otoño… y quizás al fetichismo en los pies se le añada fetichismo por el individualismo… Un nuevo experimento.

17 julio, 2007

Mal de amores, clavos y manchas de mora

Después de algo que podría definirse como unas mini vacaciones, volver a la carga es demasiado poco apetecible todavía sin haber podido disfrutar del verano. Una especie de depresión post vacacional sin haber tenido tiempo para acostumbrarme a la buena vida. (suspiro)

En este tiempo he sobrevivido a una mudanza, otra más. Morir sepultada bajo montones de cajas y cajas en un minipiso coqueto pero pequeño al fin y al cabo, buscando hueco donde no lo hay para esconder todos mis tesoros... y mis zapatos. En esa, “nuestra/mi querida comunidad”, he podido descubrir ya los desasosiegos vecinales que hay al otro lado de las paredes de papel. Una comunidad políglota: árabe, francés, inglés…; multicultural y compuesta por diferentes modelos de familia donde los singles ganan tras mi llegada.

Las grandes ciudades es lo que tienen. La gente camina deprisa y anónima por las calles hasta llegar a su casa- fortaleza donde se descalzan y desnudan sus vidas descubiertas por los estrechos balcones del palacio.

Asentada en mi nuevo hogar, empiezo a disfrutar de la nueva vida en todos los aspectos recordando en algún momento las predicciones de una vieja pitonisa… El décimo intento de recuperar al gran amor de mi vida fue en vano. ¿Por qué nos empeñamos en rescatar antiguas glorias sin poder hacer borrón y cuenta nueva? Los dulces momentos no pueden con la tan socorrida frase de “incompatibilidad de caracteres”. Para superarlo acudo a amigas que me recuerdan que un clavo saca a otro clavo, que una mancha de mora con otra se quita Para el mal de amores, ¿lo mejor es practicar eso de los nuevos encuentros? A ello me puse. Aunque mi fortaleza sigue y seguirá blindada por muchos años, titubeo en mi objetivo de sola mejor que acompañada aunque se trate de buena compañía. Aquellas señales indescifrables de citas anteriores, de paseos a la luz de la luna de la M-30 y de conciertos de pop hindie… de repente se revelaron!!!!!!!!!!! (…) Y ahora, ¿qué debo hacer????? Tanta intriga del principio no me dejó tiempo para pensar qué vendría después. ¿Es bueno tirarse a la piscina sin saber si hay agua dentro o sin saber si en ese agua se sabe nadar o, como mínimo, flotar? Ahora todos los cordones de mis zapatos están enredados…

Mis vacaciones tuvieron una parada en la que me transformé en una periodista monísima de la muerte con modelazo incluido: peluquería, vestido largo hasta el suelo y sandalias doradas de tacón que salieron mal paradas por los adoquines del cigarral donde sucedió la celebración. Me estrené en eso de las galas de entregas de premios en las que te encuentras a la flor y nata de los medios de comunicación, colegas periodistas, viejas jefas y algún que otro personaje de la farándula. La noche fue curiosa, calurosa y divertida. La siguiente será posando en la foto recogiendo un premio por este blog. Quién sabe...

19 junio, 2007

Próxima parada: concierto de "pop hindie"

Próxima parada concierto de pop hindie. Para empezar, tengo que saber qué significa este nuevo término de mi vida. Un macro festival trae a España a varios grupos de heavy pop metal o como se diga y, aunque no conozco ninguno de sus temas, es una estupenda ocasión para hacer ejercicio de eso que se llama “cultura general”.

Los periodistas somos como un cajón de sastre. Siempre hay alguno que está puesto en estos temas, así que tiré de él como intérprete de la situación. Lo primero de todo y después de haber investigado cómo pasar por nuestra cara bonita, una de mis especialidades, fue acordar el vestuario apropiado para un escenario totalmente desconocido para mí. ¿Cómo iba a pasar desapercibida en el mundo del metal? Saca del baúl los vaqueros rotos. Hasta ahí todo bien. Las críticas llegaron cuando me dejé en casa el top-hombro descubierto y me puse una superposición de camisetas venidas del otro lado del Atlántico al igual que los grupos de rock. A lo más que llegué fue a intentar tararear sonidos extraños que no lograba entender y a observar qué zapatos se llevan a una plaza de toros cuando la cuando la muleta y el capote son una batería y una guitarra eléctrica. De todo lo encontrado, me quedo con unas bambas de cualquier color lejos del blanco.

Pasado el concierto y tras descubrir All these things that I’ve done, me llevaron de terrazas nocturnas por la capital, haciendo honor a esta ciudad que no duerme. La llegada de la época estival invita al “terraceo” y nuevos modelitos que crear y pasear. Estoy desentrenada y la carrera es contrarreloj.

La noche fue divertida, novedosa, creativa, hindie… pero como decía mi horóscopo: “Aprovecha mejor el día”. Las señales masculinas siguen a CERO.

Un nuevo cambio de estación y reflexionamos una vez más sobre lo rápido que pasa el tiempo. Nos ponemos melancólicos, nostálgicos, reflexionamos. Quizás la llegada del solsticio propicie nuevas decisiones, entre ellas sacar a relucir otra vez los pies [qué horror], totalmente olvidados del invierno, con unas sandalias; o cambiarme de casa. Nos hacemos mayores. El punto de partida de una nueva vida que no del todo se desprende del pasado. ¿Se debe empezar de cero o de cero coma cinco??, ¿Qué parte del pasado debemos llevarnos en las cajas de la mudanza?, ¿Cuántos pares de zapatos es posible coleccionar?

El mundo del single se amplifica cuando no se comparten las cuatro paredes de un mini piso. Después de toda una vida viviendo en compañía y con compañía, me pregunto cuándo volveré a hacerlo. Es curioso pensar en esto después de huir hacia el individualismo. De casa de los padres, al piso de amigas, al tuyo más sola que la una… y ¿a vivir en pareja? ¿No volveré a compartir hogar hasta que encuentre a alguien a quien soportar? O lo que es peor, ¿me volveré tan maniática que alguien podrá soportarme a mí?

05 junio, 2007

El intrigante mundo de las segundas citas

¡Qué locura de mes!!!! ¡¿¿Será cierto ese dicho de que “la primavera la sangre altera” para preparar el terreno al verano que está a la vuelta de la esquina???!!!

Semanas de intensas pasiones y de pasiones intensas. No, esta vez no he podido ir de compras para calmar mis penas pero… la cita a ciegas tuvo segunda parte, y en esta ocasión, fue con más sabor. En concreto, a helado de chocolate blanco como adelanto a los refrescos de verano. Ummmm!!! ¡Muy apetecible!

Cuando una cita a ciegas lleva a un segundo encuentro, ya sabiendo lo que te vas a encontrar, empiezan los dilemas. ¿Una pequeña decisión llevará a otra pequeña y a otra y a otras… que acabarán en una GRAN decisión? ¿Es bueno quedar con un chico-cita en más de una ocasión si lo que se pretende es seguir con el “paseo” y no meter quinta? En el encuentro me subió la adrenalina, se activó mi serotonina pero no pude evitar convertirme en Julia Roberts. Lejos de ser una pelirroja de compras por Sunset Bulevar sin límite de crédito en la tarjeta, el escenario me convirtió en novia a la fuga. Repetir vestuario no debió de ser una buena señal…

La huída me llevó a la inauguración de un After Work, así que me subí de nuevo a unos taconazos de aguja. Este innovador concepto de bar de copas para desconectar al salir de la oficina hizo que llevara la innovación también a mi atuendo. Aposté por los colores de moda de los próximos meses: fushia y naranja mezclados con negro y beige. Tras unos cuantos mojitos estupendos, mi chico-agenda siguió creciendo. ¿Se trataba de casualidad o será verdad eso de las buenas rachas que hay que aprovechar???

Después de romper una relación y por muy agotada y dolida que se haya salido de ella, es inevitable pensar dónde se encontrará al próximo amor o cuánto tiempo tendrá que pasar para entonces. Si se piensa cómo se conocieron las parejas que nos rodean, se llega a la conclusión de que la noche, por mucho que confunda a algunos, no es un buen lugar para encontrar buenas pasiones. La noche ya sólo es mi pista de baile así que ¿quién sabe si el escenario dónde me encuentre Cupido será un after work??? Sea ahí o no, lo que está claro es que el primer intento fue fallido pero me llevó a un nuevo escenario: el fútbol, una vez más.

Aunque el partido no fuese de lo mejor y menos para mi equipo que jugaba como visitante, esta vez el estadio me deparó alguna que otra sorpresa de lo más VIP. Lejos de las gradas y el griterío de hinchas merengues y asalvajados, la cita fue en el Realcafé con una estupenda y especialmente sabrosa vista al campo. La ocasión lo exigía así que mis vaqueros y las all stars doradas se quedaron en casa dejando paso a unas monísimas y comodísimas cuñas glam firmadas por Pilar Burgos. La tarde también dio paso pero a la fiebre del sábado noche. Las dobles parejas que acudimos al partido no me convencían así que, yaen la madrugada, me puse a pensar en el juego de las parejas cruzadas. Aunque en el dominó no haya quién me gane, en esta partida juego con clara desventaja, sin contar mi desentrenamiento total para el intrigante e indescifrable “lenguaje de los hombres”.

De nuevo probé con el mundo de las segundas citas ¿En ese lenguaje masculino un segundo encuentro será como para nosotras?, ¿dónde y cómo podré intrepretar sus "señales"? Por si acaso, esta vez no repetí modelo… y aproveché a observar mejor lo que había visto en el primer encuentro. A la luz del día, no estaba nada mal. Si el fútbol levanta pasiones entre los seguidores, ¿puede el campo levantarlas en mí?, ¿sería el nuevo escenario donde levantar el banderín para decirle a Cupido, o algún primo que tenga por ahí, donde encontrarme?

Ya a las puertas del verano, la operación bikini no ha dado los frutos esperados y los resultados se han invertido. Y tanto!!! El borrón y cuenta nueva para empezar de cero tampoco ha ido bien del todo y me ha devuelto a un círculo vicioso difícil de salir y olvidar. Segundas partes no son tan buenas como segundas citas. Lo próximo será encomendarme a las meigas de San Juan para que el solsticio del próximo 24 de junio, la noche más mágica del año, traiga calma y quién sabe si algún amor… aunque sea sólo de verano.

19 mayo, 2007

Una canción más

La vida está llena de casualidades… o eso queremos pensar cuando vivimos situaciones sorprendentes. ¿Será voluntad del destino o simplemente el cruce de dos rectas perpendiculares que sólo coincidirán en ese punto de la vida?

Un nuevo sarao llamó a mi puerta, otra ocasión perfecta para seguir componiendo la BSO de mi vida. Se trata de un ritmo diferente, algo así como Funkmenco, el guapo agente 707 se convirtió en 909. El artista se reencontraba con la música, el escenario y el público tres años después y una amiga me preparaba una cita a ciegas, también tres años después de mi última… puesta en escena.

¿Cómo prepararme para un doble evento? Saque del armario otras nuevas adquisiciones para mis pies, peep toes pata de gallo, y empecé a pensar qué combinar a partir de ahí. Los diseñadores han conspirado este verano contra todo aquello lejos de la talla 34 y de unas piernas largas y sin ningún tipo de curva, así que fui a lo seguro y permitido por mi sentido común. Negro por abajo y blanco por arriba. Algo así como “arreglao pero informal”. Perfecto. Mientras, el desfile de invitados se convirtió en una pasarela de las últimas tendencias: mini shorts de colores, cabelleras con alisado japonés, mini bolsos, mini tallas y plataformas en sus infinitas y equilibristas formas y tamaños. Fiebre del jueves noche…

La promoción previa de los encuentros fue intensiva. La tecnología del sms hizo crear expectativas con cierto grado de incredulidad y, por otro lado, los amigos, aquellos que realmente lo son, hacen lo posible para que el paseo comenzado hace un tiempo sea de lo más apetecible. La cita a ciegas fue realmente divertida. Nos encontramos rodeados de pseudo Farruquitos, Rafaelas Carrás, algún travesti que finalmente no lo era, y una zona VIP, convertida en Vips.

Después de vivir paralelamente sendos reencuentros, uno con su música y otro con sus amigos, las tangentes nos cruzamos, nos miramos, nos reencontramos. Prometimos uno más. Pero al final los ritmos diferentes resultaron ser más de lo mismo y el cruce de las rectas no fue más que una casualidad que la vida te pone por delante. Humo de neón. Etéreo y efímero, como un pestañeo, una onda radiofónica. Una canción más para la banda sonora de mi nueva vida que acaba de empezar.

05 mayo, 2007

Hormas masculinas por descubrir

Más sabe el diablo por viejo que por diablo, así que he decidido pedir ayuda en la búsqueda ya que, POR EL MOMENTO, los saraos no dan el resultado esperado. No me rindo a la tentación de videntes de 20 euros y pioneras páginas webs como Match.com para la puesta en marcha del to flirt. He pensado algo más práctico. Busco pistas…

La muestra se va perfilando y no vale cualquiera. Si uno echa la vista atrás y hace repaso de las parejas que ha tenido en la vida, el historial de los zapatos ha sido de lo más disperso. Desde las recuperadas Vans para chico y chica, los náuticos de toda la vida que tan lejos y chirriantes quedan ya, a unos estilosos Camper, que nunca pasan de moda. Esos zapatos de colores y formas originales, ¿para un chico diferente y moderno???? ¿Para aquellos que tienen claro lo que quieren?

Claro está que también hubo “errores de estilo”, líneas editoriales equivocadas que obviaron estos pequeños detalles. Me encontré (y es difícil recordar gracias a que la memoria es selectiva) con grandes desastres en calzado masculino y con los que los llevaban. Esas playeras imposibles de vestir más allá de la ropa deportiva. Un horror.

Para cada estilo de zapatos, hay un chico detrás. Lo difícil es encontrar el adecuado al momento y al lugar. Me pongo a pensar cómo se maneja una gran ciudad en estos terrenos. Ninguna guía de moda lo explica, así que tendré que encontrar otra alternativa para averiguar los lugares donde encontrar lo que busco. El Metro, el autobús, la céntricas calles, en el gimnasio... ¿Por dónde caminan los zapatos de mi horma ideal? Están los castellanos demasiado clásicos, los Pull& Bear, quizás no para este momento, los demasiado modernos que quedan a desmano, los bajitos que llevan alzas, los puntiaguados para los horteras… los Camper, todavía desconocidos para mí… ¿Alguna sugerencia?

Sólo espero que la comunidad bloggera me ayude hacer esta nueva guía que nunca se sabe qué rincones descubrirá. ¿Dónde crees que se pueden encontrar?


24 abril, 2007

Vini, vidi... ¿vinci?

Como recompensa por los ánimos dados, esta vez fui yo quien organizó la salida y mis amigos se apuntaron los primeros. La cita, en una discoteca de la capital, nos convertía en VIPS en la presentación de un disco a nivel mundial. ¡Qué categoría!!! Y la noche sólo acababa de empezar…

En un intento por modernizarme, me vestí color plata cual sirenita en el fondo del mar. Retoque de maquillaje water resistant en el taxi, tacones de aguja negros y lista para hacer la entrada triunfal. Eso sí, en mi línea habitual de llegar tarde. A pesar de mi tradicional impuntualidad, nos situamos en un lugar estratégico en la primera planta del local y muy cerca de la barra. Tres chicos y tres chicas, ¿la noche prometería?

El concierto fue un éxito. Los ritmos latinos de BNK convocaron a varios famosos y a un gran número de medios de comunicación. Tras siete canciones moviendo la cadera para un lado y para otro, subimos a la fiesta de los VIPS. ¡Qué emoción!!!! A pesar de los nervios del momento, la situación se dio por controlada. El secreto está en parecer una divina de la muerte de toda la vida aunque la carrera hacia las copas y los canapés nos delató. Supimos disimular.

Tras una breve y sorprendente conversación con un ex presidente del Gobierno, que confesaba asistir por primera vez a un concierto (y allí estaba yo para verlo) me encontré de frente con uno que parecía salido del videoclip de Amo a Laura. Tras perder la apuesta con una de mis amigas, porque el friki-chico no era quien parecía ser, la cosa mejoró al cruzarme con uno de los cantantes del evento. ¿Flechazo? Unos ojos verdes me miraron. Se acercó y me dio un beso casto. Por un momento me vi cual sirena plateada con un príncipe latino que cantaba, así que decidí dejar las copas a un lado porque mi delirio iba in crescendo.

La fiesta continuaba y los seis que habíamos llegado juntos estábamos desperdigados por la sala. En busca de mi penúltimo gin-lemon, choqué con otra Very Important People. No podía ser cierto… Estaba casi irreconocible pero tantas horas delante del televisor hicieron que mis ojos no me engañaran. La noche me había llevado hasta una Pasión, la de los Gavilanes. El malo convertido en un apuesto, dispuesto y encantador actor colombiano pero la emoción y mi despiste hicieron que me olvidara del objetivo “chico agenda” que siguió a cero.

Al final de la noche el vestido plateado triunfó y me llevó hasta el photocall como una pseudo VIP. Vini, vidi…. ¿vinci?

Días después, el chico de ojos verdes del escenario me llamó. Nos encontramos más allá de las canciones y las ondas radiofónicas. Pero "la vida es" demasiado corta para perderla con un par de zapatos demasiado públicos e insultantemente compartidos. Sigo buscando…

22 abril, 2007

La nueva gurú

La soltería ha llamado de nuevo a mi puerta, así que tras días de reflexión, llega la calma y retomo la carrera que esta vez convertiré en un paseo.

De nuevo en el mundo, una se vuelve observadora con el universo masculino de la cabeza a los zapatos, donde me detengo. Es curioso ver qué se encuentra por ahí. En los tiempos que corren, el sector masculino es un cajón de sastre y de sorpresas, así que echarle un vistazo a sus pies, me puede dar alguna pista que me oriente para no llevarme sorpresas desagradables. Ni indecisos, ni impredecibles. ¿Cuáles serán los zapatos acertados?

Para hacer un verdadero estudio de mercado, hay que… salir al mercado y recorrer mundo. El paseo que retomo me lleva de sarao en sarao con los amigos, divino tesoro. Esos que animan, que te levantan cuando estás caída y que hacen lo posible para que retome la vida. Es mi otoño en primavera, “juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver” (Rubén Darío)

La primera parada en la que me hacen bajar es la presentación de la Guía Gurú 2007, así que necesito modelito fashion más que nunca. Tengo que estar a la altura. La nueva edición de esta guía recopila las mejores tiendas, restaurantes y locales de moda de la capital que me ayudarán a encontrar la muestra para mis estudios sociológicos masculinos. A ver cómo se da la faena. Es una ocasión estupenda para sacar los trapitos del armario. Fuera el negro de la tristeza que llega la primavera y el flower power de Massiel. La noche se vuelve divertida, chic con el Hotel Bauzá como escenario, sus aperitivos, las explosivas copas e invitados. En estas fiestas una ve cómo los lavabos de señoritas se convierten en estupendas salas de reuniones para analizar con todo lujo de detalles las indumentarias y vidas de los asistentes. Guapos modelos internacionales de poca conversación, periodistas del mundo de la moda estresados por sus snobs agendas y guiris alojados en el hotel que se cuelan en la fiesta para contemplar el mercado y vivir la noche madrileña.

Se hace tarde y mi “chico agenda” sigue a cero. Demasiados zapatos pijos para mí. No importa, ha sido la primera estación y ya tengo la guía para convertirme en “gurú” y sacarle el máximo partido a la próxima parada, que ya está cerca.

19 marzo, 2007

Tarde en Urgencias

Tanto sarao y movimiento en el cuerpo… me ha llevado al reposo y a las zapatillas de andar por casa. Mis vaquitas lecheras made in Holanda me abrigan los pies en vísperas de primavera.

Tarde de domingo en Urgencias. Ni George Clooney ni el Doctor Sheppar (bombón dónde los haya) a la vista; quizás porque me encontraba en traumatología y las especialidades de estos pseudo-doctores son otras… Para la pediatría se me ha pasado el arroz y la neurocirugía espero que esté lejos!!!

La sala de espera es lugar ideal para aburrirse y observar la indumentaria de los convalecientes como yo, pero no pude. Mi lesión en el trapecio me lo impidió. Sí, ese músculo próximo al cuello al que debemos el nombre por los trapecistas que lo desarrollan de manera extraordinaria; o, por lo menos, esa fue la explicación que me dio el simpático doctor que tenía un sexapple lejos de los atractivos médicos televisivos.

Esa mañana, mi cuello se había levantado rígido como una tabla con una inclinación progresiva hacia la izquierda e imposible hacia abajo, así que mis intentos para observar qué se caminaba por los suelos fueron en vano.

El resultado: semana de reposo sin ningún tipo de ejercicio físico, algo que no me costará gran trabajo… y con calzado lo más cerca del suelo. Sacaré del baúl manoletinas, merceditas y zapatos que mimen mis pies y espalda. Todo sea por la salud y por las próximas fiestas de aguja e hilo de oro que me esperan.

13 marzo, 2007

Cambio de registro. Me voy a fútbol

Tarde de fútbol. Por un par de horas cambié mi pasión por los zapatos, por la pasión de 22 jugadores en pantalón corto corriendo detrás de un balón. Por mucho que quisiera, sabía que no podía llevar mis zapatos de tacón al campo de fútbol, así que me puse a pensar cuál era el modelito adecuado a llevar. Para no fallar: la opción perfecta, unos vaqueros pitillo con toque fashion en los pies. Le sumé mis deportivas doradas.

El calor comenzaba a asomar en la tarde de Madrid, así que dejé para la temporada que viene mi bufanda deportiva. Era mi estreno en un estadio y tenía que ir preparada, como no, radio en mano. Y menos mal. Porque si no fuera por las ondas radiofónicas, los pitos del árbitro hubieran sido para mí la sintonía de una samba en carnaval.
De repente me encontré sentada en la grada rodeada de un griterío de hombres enloquecidos… por otros hombres!!!! Observé a mi alrededor, intentando localizar a alguna mujer con quien cambiar impresiones futbolísticas pero, a pesar de que el fútbol ya no es sólo cosa de hombres, ellas estaban dispersas por la tribuna y muy concentradas en el partido. Algo que yo no lograba.

Gol!!!!!! Gol del equipo local. En ese momento agradecí la ausencia de los tacones para no rodar escaleras abajo con la locura transitoria del público saltando para celebrar el tanto. 90 minutos de pasión, emoción y deporte. Final del partido.

Me levanté de mi asiento y me puse a pensar en cómo salir de aquel lugar llamado estadio. Escaleras (imposibles) abajo y todavía arrastrada por la emoción contagiada del partido, los destellos dorados de mi indumentaria me hicieron visible al comentarista deportivo, que casualmente me había narrado el partido mientras yo lo vivía en el campo. Me llevó hacia la salida… pero la de los jugadores recién duchados. ¡¿Qué emoción?! ¿Ver de cerca a esos hombres en perfectas condiciones físicas pero para mí totalmente anónimos?
En la sala donde se encontraban había muchos periodistas en masculino que con sus miradas me preguntaban de dónde había salido. De repente, apareció por medio una reportera intrépida de televisión que me repasó de arriba abajo. Yo me vengué haciendo lo mismo y descubrí que llevaba tacones!!! ¿Cómo era posible? ¿Sería de las que llevan el recambio en el bolso?

Lo tengo claro: si la reportera puede, yo también. Mi próximo partido lo sobreviviré en una de esas salas VIP , con los zapatos que me dé la gana y con el narrador radiofónico a mi vera para que me enseñe a identificar a los futbolistas guapetones de los que sólo pude entender su guiño de ojos.

04 marzo, 2007

Fetichismo en los pies. Un año después

… Al final, una acabó hibernando metida en un zapato. Tiempo después de mi última aventura navideña (dónde quedó), se cumple un año de la puesta en escena de “Fetichismo en los pies”, que no POR los pies, esas “cosas” que tanta grima me dan. 365 días repasando las cubiertas de los pies de media ciudad… y parte del extranjero porque, en este tiempo, he hablado varios idiomas, visitado distintas ciudades y vivido el día y la noche. “Fetichismo en los pies”, con sus visitantes, también se ha vuelto internacional.

Pero siguen las historias. Pasé el trance de las “rebajas”. No lo resistí y a golpe de tarjeta me fundí medio sueldo gracias a mi mala fortuna de tener atracción para los únicos pares no rebajados de toda la tienda. ¿Qué hacer ante la novedad? ¿Conseguiré resistirme algún día a la tentación? O mejor dicho, ¿querré parar de comprar alguna vez? Creo que no.

Dos meses hibernando para no caer en la tentación. Y es que al mínimo rayito del sol primaveral, los escaparates se llenan de colores y vuelven a décadas pasadas. ¿Qué tocará en este nuevo equinoccio?

¡Dios mío! ¡Qué ven mis ojos! Si todavía camino en la cuerda floja con mis tacones de aguja imposible, ¿qué voy a hacer con las megaplataformas primaverales?, ¿dónde me las pongo? ¿Podré sobrevivir al nuevo estilo semi drag queen? Pasen y vean porque esta opción está por todos lados y nadie se escapa. ¡Sube la falda! ¡Ponte unos leggins! ¡Y móntate en cualquier zapato de tacón con cuña delante! Un plus a los centímetros para recorrer el asfalto casi por las nubes… ¿Lo conseguiré esta vez?

Mes de marzo… Mes peligroso para mi bolsillo. Es hora de ver, no sólo lo que se ha apolillado en el armario, sino, y lo que es mucho peor, ver lo que me cabe de la temporada anterior. No sé si optaré por la opción de borrón y cuenta nueva; al fin y al cabo, es otra manera de renovarse con estampados geométricos y vestidos vintage, que tanto valen para ir a trabajar o para perderse de noche. El único secreto es escoger las piezas correctas para correr hacia el metro a las 8 de la mañana o para deslizarse en la pista de baile… por fin bien acompañada.


P.D.: Ya tengo preparado mi look glam y mi vuelta a los tacones para lo que se avecina… (continuará)