19 junio, 2007

Próxima parada: concierto de "pop hindie"

Próxima parada concierto de pop hindie. Para empezar, tengo que saber qué significa este nuevo término de mi vida. Un macro festival trae a España a varios grupos de heavy pop metal o como se diga y, aunque no conozco ninguno de sus temas, es una estupenda ocasión para hacer ejercicio de eso que se llama “cultura general”.

Los periodistas somos como un cajón de sastre. Siempre hay alguno que está puesto en estos temas, así que tiré de él como intérprete de la situación. Lo primero de todo y después de haber investigado cómo pasar por nuestra cara bonita, una de mis especialidades, fue acordar el vestuario apropiado para un escenario totalmente desconocido para mí. ¿Cómo iba a pasar desapercibida en el mundo del metal? Saca del baúl los vaqueros rotos. Hasta ahí todo bien. Las críticas llegaron cuando me dejé en casa el top-hombro descubierto y me puse una superposición de camisetas venidas del otro lado del Atlántico al igual que los grupos de rock. A lo más que llegué fue a intentar tararear sonidos extraños que no lograba entender y a observar qué zapatos se llevan a una plaza de toros cuando la cuando la muleta y el capote son una batería y una guitarra eléctrica. De todo lo encontrado, me quedo con unas bambas de cualquier color lejos del blanco.

Pasado el concierto y tras descubrir All these things that I’ve done, me llevaron de terrazas nocturnas por la capital, haciendo honor a esta ciudad que no duerme. La llegada de la época estival invita al “terraceo” y nuevos modelitos que crear y pasear. Estoy desentrenada y la carrera es contrarreloj.

La noche fue divertida, novedosa, creativa, hindie… pero como decía mi horóscopo: “Aprovecha mejor el día”. Las señales masculinas siguen a CERO.

Un nuevo cambio de estación y reflexionamos una vez más sobre lo rápido que pasa el tiempo. Nos ponemos melancólicos, nostálgicos, reflexionamos. Quizás la llegada del solsticio propicie nuevas decisiones, entre ellas sacar a relucir otra vez los pies [qué horror], totalmente olvidados del invierno, con unas sandalias; o cambiarme de casa. Nos hacemos mayores. El punto de partida de una nueva vida que no del todo se desprende del pasado. ¿Se debe empezar de cero o de cero coma cinco??, ¿Qué parte del pasado debemos llevarnos en las cajas de la mudanza?, ¿Cuántos pares de zapatos es posible coleccionar?

El mundo del single se amplifica cuando no se comparten las cuatro paredes de un mini piso. Después de toda una vida viviendo en compañía y con compañía, me pregunto cuándo volveré a hacerlo. Es curioso pensar en esto después de huir hacia el individualismo. De casa de los padres, al piso de amigas, al tuyo más sola que la una… y ¿a vivir en pareja? ¿No volveré a compartir hogar hasta que encuentre a alguien a quien soportar? O lo que es peor, ¿me volveré tan maniática que alguien podrá soportarme a mí?

1 comentario:

Marina Lacalle dijo...

En primer lugar: ¡¡¡felicidades licenciada!!!
Espero que la mudanza no te esté dando muchos quebraderos de cabeza, porque yo ya e vivido unas cuantas y sé que no quiero hacer ninguna más (lo que me lleva a pensar que estaré toda la vida llevando mis pertenencias a cuestas). Por cierto, cuando tienes que embutir cajas y cajas de apuntes, maletas llenas de ropa, bolsas repletas de zapatos, todos tus cosméticos y material de oficina que ni siquiera recordabas haber comprado en el maletero (o el asiento) de un coche (afortnada tú si dispones de una monovolumen) lo más recomendable son unas zapatillas de deporte. Nada de cuñas, ni de peep-toes, brillos o sandalias romanas. Elige lo más cómodo y menos glamouroso de tu armario, porque seguro que después de la mudanza te apetecerá tirar muchas cosas, sobre todo en tu caso, que cambias de "status".
Por cierto, mi nuevo descubrimiento son las zapatillas fun&basics abrochadas al tobillo, es el calzado perfecto para sentir el tacto de los pedales en el coche...¡casi hace un mes desde que me convertí en conductora!